"Nuestra ciudad se merece tener un sistema que nos ayude a todos, que nos traslade de una manera eficiente, que nos permita compartir más con nuestras familias"
A juzgar por las vueltas que le ha dado la vida, Olga Lucía Pico, una de las beneficiarias de la gestión predial y el plan de reasentamiento que lleva a cabo la Empresa Metro de Bogotá, siente que ha renacido tres veces. Ella, de estatura media, brazos fuertes y canas que denotan sus luchas y retribuciones, lleva a cuesta varios traslados no voluntarios de su negocio, ese con el que ha sacado adelante a su familia y en el que, junto a su esposo, puede desempeñar el oficio que ama: reciclar.
Orgullosa, desde la puerta del local del barrio San Bernardo, centro de Bogotá, en el que ha estado durante los últimos 15 años, nos muestra la manera tan profesional como desarrolla su trabajo. Electrodomésticos --desde equipos de sonido hasta neveras y lavadoras-- en un lado, y en otro cartones y plásticos sigilosamente embalados y ubicados como fichas de juegos para armar edificios a escala, hacen parte del inventario del depósito.
“Desde que salimos de la zona Santa Inés Centro, barrio El Cartucho, tenemos esta chatarrería con mi esposo. Y la hemos acreditado durante 15 años, vivimos del entorno de nuestros vecinos que son, específicamente, los mecánicos, el Instituto San Bernardo de la Salle, la Parroquia y las casas aledañas”, comenta. Hoy, cuando la cuenta regresiva para el tercer traslado se hace inminente, confiesa, la incertidumbre no está tan a flor de piel como las veces anteriores. Y es que son varios los motivos que le generan más expectativas que temores. Gracias al acuerdo de reubicación que logró con la Empresa Metro de Bogotá tendrá un local mucho más grande y a pocas cuadras del actual.
“El proceso con la Empresa Metro de Bogotá comenzó hace dos años. Ellos (los profesionales de Gestión Predial de la entidad) vinieron a ofrecernos un acompañamiento jurídico social para ayudarnos a relocalizar y prestarnos asesoría para nuestro traslado. Hasta el momento ha sido muy eficiente”, comenta.
El motivo para que Olga Lucía acepte el cambio es el anhelo de seguir creciendo como empresaria de la chatarra y el reciclaje, pero, admite, también quiere contribuir con la construcción del metro, porque sabe los beneficios que le traerá a los vecinos y, en general, a la ciudadanía.
“Nuestra ciudad se merece tener un sistema que nos ayude a todos, que nos traslade de una manera eficiente, que nos permita compartir más con nuestras familias recortando el tiempo de traslado a nuestros sitios de trabajo y viviendas”, concluye.
Conozca el testimonio de Olga Lucía en el siguiente video